El Atado
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Rich Meyer fue miembro de la junta directiva de Maple City Health Care Center. Sin embargo, el día que sonó su teléfono celular, Rich estaba quitando la nieve del camino a su granja.
El joven en el teléfono tenía un acento español y quería que Rich le reparara los frenos de un Chevy. Cuando el conductor le trajo el automóvil a Rich, se quejó de otros problemas con el automóvil. Los faros estaban desalineados y la capota no encajaba. Cuando Rich señaló aún más problemas, el Latino se enojó. Le había prestado el automóvil a un amigo, un compañero de la universidad proveniente de África.
"Yo no soy dueño del automóvil", explicó el Latino. "Es el carro de mi mamá, y ella va a estar furiosa."
Antes de trabajar en el automóvil, Rich quería asegurarse que realmente estuviera haciendo el trabajo que la madre quería. Cuando Rich habló con la madre, descubrió que fueron acertadas las predicciones de su hijo. Quería llevar el africano a juicio.
Rich podía ver que el automóvil no era lo más importante que necesitaba reparación. "Debido a que se trataba de un conflicto entre culturas", informó Rich, "llamé a mi compañero, miembro de la junta directiva de Maple City Health Care Center, Miguel Millán. Como resultado de nuestro trabajo en la Junta, los dos sabemos cómo se le dificulta a las personas de culturas e idiomas distintos, el comunicarse con claridad. "
Por suerte, la madre conocía y respetaba a Miguel. Ella aceptó reunirse con Rich y Miguel y además, con su hijo y su amigo africano.
"El conflicto estaba muy complicado", dijo Rich. "Pasamos dos reuniones escuchando a cada persona contar su historia. Miguel y yo utilizamos técnicas que habíamos aprendido al participar en la junta de Maple City Health Care Center. Utilizamos el bastón para hablar. La persona que tiene el bastón habla, y los demás escuchan."
"La madre estaba enojada porque quería vender el automóvil," Rich continuó. "Cuando el estudiante africano pidió prestado el automovil, le había hablado de querer comprarlo, así que la madre pensó que le había vendido el carro. Le pidió al estudiante africano que asegurara el automóvil, pero él no podía porque no le pertenecía" .
El estudiante africano contó cómo había utilizado el automóvil para viajar a otro estado. Estuvo involucrado en un accidente que no fue por su culpa. El estudiante africano sintió que sí había asumido la responsabilidad porque le había pagado a un mecánico para que arreglara el automóvil.
"Y luego estaba el hijo de la dueña", añadió Rich. "que se sentía atrapado entre su amigo y su madre".
Para la tercera reunión, tod@s confiaban lo suficiente en los demás como para comenzar a hablar acerca de la ruta que iban a tomar para salir de ese conflicto. Hablaron acerca del valor del automóvil y cuánto se había devaluado. Decidieron hacer un intercambio de dinero, pero Rich y Miguel le aconsejaron al grupo que le dieran un tiempo al acuerdo, si el acuerdo todavía les parecía, se reunirían una vez más para compartir una comida y sellar el trato.
"Tuvimos suerte, de muchas maneras", dijo Rich. "La madre conocía y confiaba en Miguel. A tod@s les importaban las amistades que tenían y estuvieron dispuest@s a comprometerse a continuar con el proceso. Pero la ayuda más grande fue que tanto Miguel como yo teníamos experiencia en el uso de estrategias para entendernos unos a otros, a través de nuestra participación en la junta directiva de Maple City ".
"Después," Rich concluyó, "Sonreí al darme cuenta que una vez que el gran problema quedó resuelto, a nadie le importaban los frenos".